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STATEMENT

La arcilla es un mineral milenario, no sólo por sus procesos geológicos sino también por sus huellas antropológicas. Y es precisamente de ese barro noble, sometido al impetuoso fuego que proviene la cerámica, un material presente en el desarrollo de todas las sociedades humanas: el vestigio arqueológico por excelencia.

Es a través del planteamiento anterior que surge mi investigación/creación artística, la cual busca poner en cuestión el cómo la cerámica se convierte en una evidencia de la relación hombre-territorio-naturaleza. Para esto, parto de un interrogante que inicia al hurgar en las estéticas y simbolismos del pasado, especialmente lo prehispánico. Me pregunto de qué manera conceptos del antes como “Tótem” o “Fósil” pueden ser revisados en lo contemporáneo y ser pensados a través del lenguaje cerámico como una arqueología futura.

La obra adquiere significancia al valerme de mi contexto: La Subregión Oriente de Antioquia, Colombia. Este territorio que posee una actividad extractiva de minerales no metálicos como el caolín y el cuarzo, destinados a la creación de vajillas, sanitarios, y aislantes eléctricos ha sido el insumo visual y matérico del proyecto investigativo/creativo. En este sentido, hago uso de las estéticas y desechos de estos paisajes industriales para plantear a través del medio cerámico arqueologías ficticias, generando una reflexión sobre la sociedad actual y las secuelas contemporáneas.

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